viernes, 23 de octubre de 2009

Dice el diario Clarín II

"El 95% del desarrollo urbanístico y de infraestructura política, sanitaria, municipal y social se llevaba a cabo en las proximidades de la estación de Monte Grande, relegando al olvido a todo lo que estuviera más allá de la Ruta 52/54 y la Avenida Jorge Newbery", cuenta el historiador local, Juan Carlos Ramírez, y agrega que "fue ese olvido que sentían los habitantes de esta región lo que llevó a gestar la idea de conformar un Municipio autónomo", cierra.

Por: Rafael Roa. Clarín Zonal (22/10/2009)

viernes, 16 de octubre de 2009

De cuando los indios no eran considerados seres “humanos”


A comienzos de junio de 1801, la prosperidad parecía sonreírles a los indios que vivían en nuestra región. Las condiciones de la flora y fauna permitían que en las lagunas y bañados se cazara y prepararan cueros de vacunos y de nutria, cerda de yegüerizos, mulitas y trenzados de cuero, vendibles en la ciudad. La novedad radicaba en que ahora podrían tener “sus correspondientes suertes de tierras”, en propiedad legalizada por el virreinato.
En 1795, el funcionario Agustín de la Rosa había planteado la necesidad de repartir solares entre los gauchos, labradores y desposeídos. Siguiendo esa línea, el virrey Gabriel de Avilés y Fierro comenzó a entregar tierras en propiedad a los indios. Consideraba que era preferible “el establecimiento de muchos en la frontera al de pocos, y que deben abrir las puertas a todos los que quieran poblar”. Las medidas fueron aprobadas por el Rey en 1803 pero lamentablemente, no fueron aplicadas por los sucesores de Avilés.
Había terminado imponiéndose la política de los hacendados, quienes impedían el establecimiento de nuevos pobladores en campos que les pertenecían o simplemente, consideraban como propios. Impedirles la tenencia no significaba que los indios no fueran contratados en sus estancias, como lo prueban las mensuras.
Si bien hemos podido documentar su existencia, en realidad no sabemos cómo vivía aquel hombre que en los campos de María Acosta de Carranza, estaba a cargo del Puesto del Yndio. Al morir sus padres, Doña María recibió en heredad la propiedad que ubicada en el “partido de los Remedios”, se extendía desde los actuales límites con el partido de E. Echeverría, hasta la ciudad de Tristán Suárez incluida; tenía como límite al Este, tierras ubicadas dentro del Partido de S. Vicente y hacia el río Matanza, tierras que sobrepasan hacia el oeste el trazado de las vías del Ferrocarril Roca.
El Puesto del Yndio se encontraba a unos 1700 metros hacia el Este del camino a Las Flores, casi sobre los límites de la propiedad que lindaba con la de Remedios Merlo, ésta última ya en jurisdicción de S. Vicente. Probablemente el antiguo camino que se abre hacia el S.E. del Camino a Las Flores, a la altura de la estancia “Los Talas”, sea el mismo que recorría aquel indio ladino para trasladarse desde el puesto hacia el casco de la estancia de María Acosta.
El patrón de negar derechos a los indígenas tiene un punto de partida en la declaración que Cristóbal Colón les leía en castellano a todos los indios que se le cruzaran: Un Pontífice, “hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los católicos Reyes de España”. Por tanto requería que reconociere “a Su Majestad en su lugar, como superior y señor y rey de las islas y tierra firme, por virtud de la dicha donación, y consintáis que estos padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho. Si así lo hiciereis, haréis bien”, agregando posteriormente que: “Si no lo hiciereis, o en ello dilación maliciosamente pusiereis, certifico que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra vosotros y os haré guerra por todas las partes y manera que yo pudiere, y os sujetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y de Su Majestad, y como tales los venderé y dispondré de ellos como Su Majestad mandare, y os tomaré vuestros bienes y os haré todos los males y daños que pudiere”.
Para que el sometimiento fuese legítimo, comenzó a negarse la condición de humanos a los aborígenes americanos. Los debates se sucedieron hasta que finalmente Paulo III declaró que los indios del “Nuevo Mundo”, son “realmente hombres”. Al aceptarse que los indios eran “personas con alma” (02/06/1537), concluían las dudas sobre la humanidad indígena. Finalmente, una semana después, el 9 de junio de 1537, el Papa afirmo que los indios eran seres humanos.
Juan Carlos Ramirez

viernes, 2 de octubre de 2009

La radio y los vecinos de Ezeiza

El 27 de agosto de 1920 nacía la radio en Argentina por iniciativa de cuatro jóvenes. Habían instalado en el techo del Teatro Coliseo, una antena unida a un equipo transmisor de 5 watios con una bocina parecida a la de los fonógrafos de la época pero de dimensiones mayores. Solo un centenar de personas a quienes se les había provisto de receptores, pudo escuchar la ópera Parsifal. Estaba el Dr. H. Yrigoyen en la presidencia y dicen que comento así la hazaña: "Cuando los jóvenes juegan a la ciencia es por que tienen el genio adentro".
Desde 1921 fue posible transmitir casi todas las funciones del Coliseo y ya en 1923 salía al aire Radio Sud América. En septiembre de ese mismo año se transmitía desde New York, la pela Firpo – Dempsey y ya funcionaban en el país unos 60.000 receptores. Los pioneros realizaban experiencias como la difusión de publicidad, una novedad en el mundo, y la primera transmisión de un partido de fútbol (Argentina- Uruguay, 1924). Poco después se instalaron emisoras como Radio Brusa (luego Excelsior), Radio Libertad (hoy Mitre), Radio Casa América, Radio Grand Splendid (luego Splendid) y Radio Nacional, luego Belgrano. En 1924 se dio permiso a la sociedad rural de cerealistas de Rosario para instalar una estación transmisora. Una mención aparte merece, desde 1929, el radioteatro y su rápida diversificación de géneros: policiales, comedias, sainetes, familiares y costumbristas como "Los Pérez García". Aparecen incluso programas para chicos como " La Pandilla Marylín" o "Tarzán de la Selva.
La radio en Ezeiza
El recordado José “Poroto” Álvarez nos contó, en la Jornada de Historias de Pueblos llevada a cabo en agosto de 2000, que a Don Esteban Berardo lo llamaban “Marconi” porque fue el primero en tener radio en Ezeiza. Era una época en donde en el país había unos ochocientos mil receptores de fábrica y unos trescientos cincuenta mil armados caseramente. Uno de ellos era el del mencionado vecino, quien lo armó en un cajón de manzanas, y que sirvió para que en el fondo de su casa se formaran algunas parejas al compás de la música que propalaba.
Si de radio hablamos, no podemos soslayar la actuación profesional de vecinos como Julián Sánchez Parra, edecán de nuestros locutores profesionales, quien desde 1961 produce y dirige programas relativos a nuestra vecindad. En cuanto a plantas transmisoras, el recordado José “Pocho” Veloce fundó, el 28 de octubre de 1984, una radioemisora a la que inscribió el 28 de mayo del siguiente año. Colaboraron con el fundador, el Ing. Rodolfo González y los hermanos Weselka en la parte técnica. En marzo de 1986 adquirió los derechos de la antigua Radio Cultura, fundada en la década de 1920 y que dejara de funcionar en 1933, saliendo al aire como Radio Cultura Ezeiza. La emisora, cuya madrina fue Rosa Rosen, cesó sus emisiones en 1992 y en la actualidad su posición en el dial, lo ocupa la querida Radio Abrojos.
Por: Juan Carlos Ramírez
Foto: José "Pocho" Veloce en cuclillas, en los estudios de la calle French 600.